Brecha, p. 10-11, Montevideo, 31.12.2008
El coraje de ser ridículo
Michael Titze, psicoanalista y terapeuta alemán, estuvo en Montevideo a mediados de noviembre. En charla con Brecha habló sobre su método paradójico como una forma de superar el miedo al ridículo y la fobia a las relaciones sociales en sociedades altamente competitivas.

Mariangela Giaimo
¿Cómo se introduce la risa en un ámbito «serio» como el médico?

Todo paciente se cree el rey de los tontos. Pero la realidad es que el terapeuta es el dios de los tarados (risas). La risa se introduce de una forma cooperativa a través de un payaso. En mi caso es con Erika Kunz - famosa payasa terapeuta que además es música y pedagoga -. Mi rol es de terapeuta tradicional que representa a los adultos, la institución y los padres, mientras que ella significa el mundo del niño, del tonto o de la persona que es imperfecta. Esta terapia se realiza con el método paradójico que mezcla lo freudiano con lo conductista. Y es con el psicodrama de los eventos de la vida - aquellos en que el paciente tuvo una experiencia traumática - que el payaso actúa como un modelo identificatorio para las personas con complejo de inferioridad. El trabajo de él es realizar la regresión que se materializa en el aquí y ahora. El payaso y el paciente se «rebajan» a ser niños. Este abordaje tainbién lo usamos para la depresión, ataques de pánico, fobia social o agorafobia.

¿Qué relación tiene la terapia paradójica con la clownterapia creada por el médico Patch Adams?

Él introduce los payasos clínicos y nosotros los terapéuticos. Hay una diferencia. Los clínicos son los mismos doctores que hacen de payaso y hacen la misma regresión que el paciente.

Usted plantea a Pinocho como metáfora del complejo de inferioridad ...

La persona que se cree imperfecta posee pensamientos obsesivos o compulsivos para ser «normal». O peor, ser perfecto. Es lo que muestra Woody Allen en Tócala de nuevo, Sam (Play it again, Sam, 1972). El personaje quiere ser como Humphrey Bogart pero cuando empieza a controlar sus movimientos llega al efecto paradójico: sucede todo lo contrario. Se pone nervioso y duro. Los terapeutas alemanes lo llaman el complejo de Pinocho.

¿Quiénes son sus maestros en la terapia paradójica?

Uno es Alfred Adler, el primer psicoterapeuta que utilizó el método. Éste consiste en pedirle al paciente que haga todo lo que le molesta. Por ejemplo, cuando alguien quiere curar su insomnio, el psicoterapeuta le aconseja que haga lo contrario, que se quede despierto. Y la persona termina durmiéndose.
También me interesan los métodos de antisujeción desarrollados por Rudolf Dreikurs, discípulo de Adler. Él formuló la frase decisiva para los fundamentos de la psicoterapia paradójica: «Es importante convencer al paciente de no pelear contra el síntoma». Es decir, lo malo se puede convertir en algo mejor. Esto también fue tomado por Viktor Frankl.

¿Qué relación tiene su corriente con la escuela estadounidense de Palo Alto?

Palo Alto fue fundada por Gregory Bateson para investigar la comunicación y la esquizofrenia. William F. Fry fue el responsable de los estudios del humor y quien retomó el trabajo de Viktor Frankl. Él es mi segundo gran maestro. Fry es el inventor de la gelotología, una disciplina que estudia la risa y las emociones. Comenzó en 1964 y analizaba los cuerpos de las personas después de diez minutos de risa continua. Fry tomaba muestras de sangre - tanto antes como después de la risa - y comparaba parámetros. Llegó a la conclusión de que después de reírse las hormonas necesarias para bajar el estrés aumentaban tres o cuatro veces. Y además subían los niveles de oxígeno en la sangre. La gelotología es una terapia que concierne a lo biológico y a lo cultural, como toda la corriente de la escuela de Palo Alto.

¿Cuál es el poder terapéutico de la risa?

Se explica con un ejemplo. El doctor Madan Kataria, de Bombay, trabajaba en un barrio muy pobre y no tenía plata para sus pacientes. Leyó a Fry y pensó que la manera de enfrentar el problema era a través de la risa. Hace 15 años empezó con un club de la risa que también utiliza técnicas de yoga. Es un método muy simple y ahora se utiliza en Australia, Nueva Zelandia, Estados Unidos y Europa. Hay más de 300 mil pacientes que van a estos clubes de la risa. Y se ríen una hora, una vez a la semana. No dicen quiénes son y cuál es su profesión. Es como Alcohólicos Anónimos.

El sociólogo Richard Sennett plantea que estamos en una época en que el cuerpo se libera pero a través del narcisismo y de lo psi ...

En estos tiempos posmodemos no tenés que ser bueno, sino el mejor. El eslogan de las olimpíadas de 1992 de Los Angeles era «no ganas la plata, pierdes el oro». Así que sólo lo mejor es normal. Sennet dice que las personas jóvenes que empiezan su vida personal tienen que cambiar su conocimiento básico por lo menos cuatro veces. Vivimos en época de flexibilización. Las personas están concentradas en que sus hijos no queden afueara de este sistema de ganadores. Los hacen hacer deportes, música, y otras actividades pero pierden la conexión con otros niños. No aprenden las reglas escritas de vivir juntos.

Pero la sociedad necesita de personajes - al decir de Erving Goffman mucho màs relativo y no hay un punto fijo de orientación ... ¿para qué sirve el humor en ese contexto?

Cuando se quiere ser perfecto y no adquiriste las reglas de juego en la infancia, fracasás en la vida social. El único rol que sabés es el de payaso. Y se hace involuntariamente. Como Míster Bean o Charles Chaplin. Y el humor no es para volverse más perfecto sino para poder sobrepasar este escenario. Hay que tener coraje para ser ridículo.

Pero entonces lo que se busca es la aceptación ... El aplauso puede funcionar en la terapia pero ¿qué pasa en la sociedad cuando lo ridículo es penalizado?

Lo que se busca es no tener miedo de la risa del otro sino disfrutarla. La sociedad sólo acepta el ridículo si se hace intencionalmente. Cuando la gente se ríe sucede el efecto paradójico y se hace más gracioso todavía. Hay que poder buscar nuevas reglas con el otro y tener una flexibilidad que nos permita poder trabajar sin el imperativo de la perfección.

En los medios de comunicación la diversión y la parodia son elementos cada vez fuertes. De esta manera ¿no hay una banalización del Pinocho o del freak?

En la televisión europea hay dos categorías de Pinocho. Por un lado están los comediantes que son excluidos profesionales. Hacen que otra gente se ría de ellos porqe ellos creen que nunca van a estar en esa posición. Ya Platón - que creía que la risa era estúpida - plantea en la teoría de la comedia que la audiencia se ríe de los personajes porque se siente superior a ellos. Los comediantes se hacen cargo de lo que para otros sería un desastre. Pero también están los que hacen el papel de rebajarse a sí mismos sin saberlo.


Michael Titze dictó seminarios y una conferencia pública sobre «Vergüenza y gelotofobia (miedo a reír y al ridículo). Resultados de una investigación sobre las causas del complejo de inferioridad». Aula Magna. Facultad de Psicología de la República. Universidad de la República el jueves 13 de noviembre.